20. Caprichos
Él también tiene, pero no lo va a admitir. Aunque en su naturaleza no se encuentre a simple vista la capacidad de encapricharse, como todo ser humano él tiene sus caprichos. Esos silenciosos que no pide y ni siquiera nombra, cosas que hay que descubrir e intuir, pequeños detalles que rara vez salen de su boca, que se dan a conocer por medio de otros. Caprichos que, cuando se los das, no son sino una muestra de que le conoces. Caprichos que él le permite solo ver un brillo en sus ojos.
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