Pero ninguna regañina pudo evitar que, con el tiempo, la escena volviera a repetirse. Lejos de reñirle, esta vez se acercó hasta ella, apoyando la mano en su hombro. Selene se giró mirando a su padre con el pintalabios en la mano, lista para intentar delinear con él sus pequeños labios en un color rosa pálido. Le miró con temor de recibir de nuevo una reprimenda pero entonces él cogió el carmín, sonriendole suavemente y ayudandole a maquillarse. "Son juegos de niñas, no seas tan duro con ella". Daunor tenía razón, solo eran juegos de niñas y era injusto reñirle por llevarlos a cabo.
Ella sonrió al verse maquillada y salió corriendo del baño hacia el salón, plantandose delante de Daunor que sonrió al verla. "Me ha ayudado papá" explicó la pequeña con una gran sonrisa ante los halagos recibidos por el profesor mientras señalaba hacia la puerta de la estancia, donde Alex se había apoyado y miraba a la pequeña en silencio, con media sonrísa en el rostro y el pintalabios en la mano.
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